ARTÍCULO 3

CRÍTICA A LA CLASE DE FILOSOFÍA

Este ha sido el primer curso en el que he estudiado filosofía y ha supuesto para mí un gran descubrimiento. Al comenzar el curso no tenía ni la más remota idea de que la filosofía puede llegar a ser tan curiosa y entretenida. A pesar de que solo hemos visto unas pocas pinceladas de temario sin haber llegado a profundizar demasiado en él, he aprendido, sinceramente, más de lo que esperaba. También he de mencionar que el profesor que he tenido ha contribuido en gran medida a mi gusto tanto por la clase como por la asignatura.

 La dinámica de la clase es muy ordenada: "cuadrado de la muerte"; frase inicial: queridos niños, queridas niñas y público en general: nos hemos reunido hoy aquí para aprender algo nuevo. Ya sabéis cual es nuestro lema: algo nuevo aprenderéis a poco que escuchéis aunque solo sea a perder el tiempo con la dignidad con la que yo lo pierdo; resumen del día anterior para aclarar dudas y desarrollo.

Como dice el lema, en cada una de las clases siempre aprendes algo nuevo ya sea de algún filósofo como el dato de que Kant era muy cuadriculado y siempre salía a pasear a la misma hora, o algo arbitrario como  la razón por la que las cebras tienen rayas es para marear a los leones.

Lo que más admiro es el amplio conocimiento del profesor y su capacidad para integrar cualquier tema poniéndolo como ejemplo en la clase. También, las explicaciones son muy claras y a veces un simple dibujo te puede aclarar lo que sería necesario explicar en muchas palabras. 

Cuando se acerca el examen, se  repasa e indica con detalle el tipo de preguntas que encontraremos, sin importar cuanto tiempo lleve, lo que tranquiliza bastante. Incluso, tienes la posibilidad de incrementar tu nota mediante actividades voluntarias como el blog, que es una forma amena de trabajar la redacción lo que nos puede venir bien para otras asignaturas como lengua.

En conclusión las clases de filosofía son como un paréntesis para desconectar y pasarlo bien, de verdad, en todas acabas riéndote.